Pronunciamiento de la JOC-V acerca de la situación en Venezuela
Ante la aguda crisis política-económica- ideológica, por la cual pasa el país y que afecta de manera directa y significativa a toda la población venezolana, y en especial a los sectores populares y la clase trabajadora, la JOC (Juventud Obrera Católica) de Venezuela, manifiesta su posición en tanto que organización obrera y juvenil venezolana.
Considerando que:
1. Los eventos que se registraron a partir del día 23 de enero de 2019 abren una nueva etapa del conflicto socio-político en Venezuela, expresada en una nueva fase de crisis de gobernabilidad y desarrollo de un golpe de Estado e intervencionismo extranjero.
2. La crisis venezolana es producto de la confrontación entre sectores de la burguesía que luchan por la hegemonía del poder, que involucran también intereses de las potencias internacionales en se enfrentan por el control de la producción y los mercados.
3. En la guerra económica que se desarrolla entre potencias imperiales (EE.UU., China, Rusia...) por consolidar su hegemonía económica mundial; buscan hacerse de mano de obra barata y materias primas para competir entre ellos, con lo cual Suramérica y en particular Venezuela es un área clave para dicho objetivo.
4. Esta confrontación es el telón de fondo de las diversas manifestaciones políticas que se expresan en el país en nombre de la democracia, la legalidad de los poderes, o la legitimidad de sus dirigentes, y otras esferas de la pugna política, donde los trabajadores no definen ni deciden nada.
5. Las condiciones del país para el llamado a la inversión de capital extranjero ya han sido establecidas por el gobierno de manera abierta: extractivismo a gran escala; apertura petrolera trasnacional en PDVSA; Faja petrolífera de Orinoco; 13 Zonas Económicas Especiales (ZEE) ubicadas en toda la geografía nacional; y otros.
6. Esta política contempla la libre actuación de los patronos, dado que en esas zonas no se aplica la legislación laboral venezolana ni los marcos regulares del derecho económico nacional; además, como parte de la apertura al extranjero, se vienen desmontando las plataformas reivindicativas construidas a lo largo de los años por el movimiento de los trabajadores, y el desconocimiento franco de las herramientas de organización y defensa de los trabajadores.
7. Esta nueva etapa del conflicto favorece el potencial desencadenamiento en una confrontación armada en nuestro territorio. Esto conllevará un aumento progresivo y evolución de la violencia; así como nuevas dificultades cotidianas que van a comenzar a sucederse en la medida que progresen los hechos.
8. En toda guerra, el papel que se asigna a los trabajadores y al pueblo es el de ser la carne de cañón de la confrontación entre poderes. En ese sentido, una postura de clase exige comprender la situación de guerra y represión, dimensionar las alianzas y tácticas desde los intereses de clase, que nos diferencian de los intereses de los patronos y sectores de la burguesía venezolana y trasnacional, presentes en ambos polos del conflicto, en su confrontación por el control del poder.
9. A pesar de las disminuidas y dispersas fuerzas de la organización popular y obrera, el papel del pueblo trabajador y de su organización autónoma, es clave para afrontar la circunstancia actual y lograr incidir como clase trabajadora.
10. Si en el contexto reciente se criminalizaba la reivindicación obrera, se dieron casos de despidos, así como apresaron y amenazaron a trabajadores y dirigentes sindicales; en esta nueva etapa, la denuncia y la protesta van a adquirir un estigma de “traición a la patria”, van a ser reprimidas con mayor fuerza y crudeza.
11. Sea cual fuere el resultado de la confrontación actual; sea cual fuere el sector de la burguesía vencedor, o del producto de una negociación entre los poderes imperiales; los trabajadores estarán condenados a trabajar en condiciones de máxima explotación. Por la vía de los hechos estas ya están establecidas: en la flexibilización de las regulaciones laborales nacionales, erradicación de las contrataciones colectivas y conquistas obreras, ruina del salario, neutralización de la organización de los trabajadores, vuelco de la institucionalidad en favor de los patronos y trasnacionales. A estas, podrán sumársele otras condiciones que se impondrán directamente sobre el terreno, a través de este o un nuevo gobierno.
En consecuencia, manifestamos:
1. Condenar categóricamente la nueva escalada de intervención extranjera y golpismo, que atenta contra la independencia y el derecho a la autodeterminación del pueblo de Venezuela.
2. Respaldar las alternativas de cauces democráticos y soberanos frente al conflicto, a través de medios de consulta abierta y transparente al pueblo venezolano, sobre las posibilidades y mecanismos para encausar la crisis política.
3. Rechazar como clase trabajadora, desde una posición de clase, la falsa disyuntiva de que solo existen dos únicas opciones desde las cuales ubicarse en la confrontación: optar por gobierno o la oposición. La situación nos exige desarrollar una visión propia, que contemple nuestra perspectiva e intereses como clase trabajadora.
4. Reafirmar la relevancia de una perspectiva de clase para la construcción de Movimiento Social, en función de continuar el trabajo de construcción de la organización autónoma y fortalecimiento del poder obrero y popular, aún con las nuevas exigencias que nos trae la circunstancia de guerra, golpe e intervencionismo.
5. Solidaridad de clase con toda la militancia y organizaciones obreras y sociales, que apuestan por la continuidad de la construcción de Movimiento Obrero y Popular con autonomía.
6. La necesidad de comprender esta nueva fase de la guerra imperialista, y las exigencias para la continuidad de la acción obrera, con nuevos mecanismos de seguridad, resguardo, resistencia y solidaridad de clase, ante la arremetida del Estado y foránea, patronal y trasnacional, militar y parapolicial.
7. A la Juventud Trabajadora se nos plantea el desafío de identificar las estrategias políticas de los poderosos, dirigidas a captar la dinámica y rebeldía juvenil, para utilizarla en su beneficio. La situación exige mantener la autonomía, rebeldía y dinamismo, favoreciendo iniciativas colectivas para enfrentar la situación desde nuestros propios intereses juveniles y de clase.
¡Resistencia, Solidaridad y Lucha!
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